Otra vuelta de tuerca en el caso de la desaparición del pequeño Émile en Francia. La Policía ha inspeccionado este martes una propiedad de un vecino en la comuna de Vernet (Alpes de Alta Provenza) en un intento de identificar a las personas sospechosas que están en su lista. Émile se encontraba al cargo de sus abuelos cuando desapareció el pasado 8 de julio en plena ola de calor en Francia.
El niño de dos años y medio estaba jugando en el jardín de la casa de sus abuelos cuando se le perdió la pista sobre las 17.15 horas de un sábado. A las 18.00 horas se interpuso la denuncia y a las 18.40 horas se puso en marcha el sistema de búsqueda por parte de la sección de investigación de Marsella.
Tras varios meses de investigación, este martes ha salido a la luz que los gendarmes habrían inspeccionado el domicilio de un vecino por sus antecedentes con la justicia. Conocido por delitos menores este sospechoso ya ha sido también objeto de sospechas por los vecinos de la zona.
Según el diario francés ‘Le Parisien’, este vecino ha sido uno de los sospechosos en las primeras fases de la investigación y en particular «por sus hábitos de conducción al volante de su tractor considerando un riesgo para varios vecinos de Vernet» como ha comentado la Policía.
Ya el pasado mes de septiembre dos buzos de la gendarmería volvieron a inspeccionar un estanque de 1.500 metros cúbicos para encontrar posibles pistas. Desde entonces no se ha encontrado ningún rastro del menor, a pesar de la movilización de considerables recursos humanos y materiales, incluidos voluntarios civiles, policía, perros de búsqueda, drones y registros telefónicos. «Todas las vías de investigación siguen abiertas, y no se descarta ni se favorece ninguna», declaró el fiscal, Rémy Avon, cuando se abrió la investigación judicial el 18 de julio, refiriéndose a «una de las mayores batidas judiciales jamás realizadas».
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