Envuelta en un permanente misterio. Así transcurre la vida del líder norcoreano, Kim Jong-un, y buena parte de los asuntos de Estado de su país, entre los que se encuentra el poder armamentístico de la nación asiática. Inmerso en una permanente prueba de misiles de distinto tipo, que ha obligado a contener la respiración a los países vecinos en múltiples ocasiones, ahora el dictador ofrece su arsenal al presidente ruso, Vladímir Putin, para su utilización en la guerra de Ucrania.
Desde que sucedió a su padre al frente de Corea del Norte, Kim Jong-un ha llevado a cabo test de misiles de forma regular, con un incremento considerable de los lanzamientos a partir de 2022. Durante ese año, probó al menos 59 de estos artefactos, de acuerdo con un informe del Ministerio de Defensa japonés, que la ‘BBC’ cifra en casi 90. En 2023, la cantidad se sitúa en 17, de acuerdo con este documento nipón, actualizado en agosto. Con anterioridad, el récord lo marcó 2019, con 25, por delante de 2016, con 23.
¿Pero de qué misiles dispone realmente Corea del Norte? Más que la cantidad de cada clase que posee el líder asiático, está claro cuáles ha probado. Gracias a estos test, es posible saber que los posee tanto balísticos (siguen una trayectoria balística para el lanzamiento de una o más ojivas sobre un objetivo determinado) como de crucero (usan alas de elevación y más comúnmente un sistema de propulsión por reactor para permitir un vuelo sostenido) e hipersónicos (viajan a una velocidad entre 5 y 25 veces la de la luz).
En abril de 2023, Corea del Norte probó por primera vez su misil intercontinental «más poderoso»: el Hwasong-18. Este aparato utiliza propulsores sólidos, lo que permite un despliegue más rápido y fácil durante la guerra. En este vuelo de prueba, igual que en otro posterior en julio, recorrió unos 1.000 kilómetros, si bien puede alcanzar una distancia de más de 15.000. Durante este test estival, llegó a una altitud de 6.600 kilómetros en los 74 minutos que permaneció en el aire.
Antes de la joya de la corona, Corea del Norte probó las versiones anteriores del Hwasong, la 17, la 15, la 14 y la 12, que aumentaron progresivamente el alcance desde los 4.500 kilómetros hasta los 15.000. Kim Jong-un también testó otros misiles, como el Mudusan (4.000 km), el Pukgusong 2 y 3 (2.000 y 1.000, respectivamente) y el Nodong (1.500). En total, el líder asiático ha lanzado 170 artefactos de este tipo, por los 16 de su padre, Kim Jong-il.
En noviembre del año pasado, el país probó un misil balístico intercontinental con un recorrido de corto alcance y gran ángulo. Sin embargo, podría haber alcanzado una distancia mucho mayor, hasta llegar al territorio continental de Estados Unidos, según el Gobierno japonés, que llegó a activar alertas de evacuación en algunas zonas. Podría haberse tratado del Hwasong-17 o de una versión modificada del mismo, en base a las imágenes del lanzamiento de los medios de comunicación estatales norcoreanos.
Armamento nuclear
Si el arsenal misilístico de Kim Jong-un es una incógnita para el mundo, lo es todavía más su armamento nuclear. Corea del Norte realizó su sexta y última prueba de una bomba atómica en septiembre de 2017, con un rendimiento estimado de unos 160 kilotones (kt), según el informe japonés. A raíz de este experimento, el Servicio Geológico de los Estados Unidos (USGS) informó de un terremoto de magnitud 6,3 no lejos del sitio de pruebas nucleares de Punggye-ri en Corea del Norte.
Se trataba, según el Gobierno de Kim Jong-un, de un arma termonuclear (bomba de hidrógeno), y las autoridades de Corea del Sur señalaron que el terremoto parecía ser artificial, consistente con una prueba subterránea de este tipo. El USGS, así como el Centro de Redes Sismológicas de China, informó que el evento inicial fue seguido por un segundo seísmo más pequeño.
Corea del Norte testó su primera bomba nuclear en octubre de 2006, que produjo un terremoto de magnitud 4,1 y un rendimiento de entre 0,5 y 1 kilotón, de acuerdo con el documento nipón. Le siguieron otras pruebas: una en mayo de 2009 (con un seísmo de 4,52 y entre 2 y 3 kt), otra en febrero de 2013 (4,9 y entre 6 y 7), otra en enero de 2016 (4,85 y entre 6 y 7) y otra en septiembre de ese año (5,1 y entre 11 y 12).
En 2018, Kim Jong-un se comprometió a suspender todas las pruebas nucleares y a desmantelar el lugar donde las realizaba al considerar que ya no eran necesarias. Sin embargo, también dijo abandonar los test de misiles, a los que no tardó en volver. De hecho, en septiembre de 2022, el Organismo Internacional de Energía Atómica emitió un informe en el que alertaba de que Corea del Norte estaba ampliando y rearmando su base en Punggye-ri, destinada a esta clase de experimentos.
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