Luisa González, candidata presidencial del movimiento Revolución Ciudadana (correísmo), ha ganado la primera vuelta de las elecciones en Ecuador, como estaba previsto, pero no ha logrado hacerlo en la primera vuelta, como esperaba antes de que la campaña se empañara por el asesinato de varios políticos, entre ellos, el candidato presidencial Fernando Villavicencio. Este magnicidio agitó el tablero político y los apoyos a los aspirantes. La sorpresa llegó con el ascenso del centrista Daniel Noboa, que se enfrentará a González, en la segunda vuelta, que tendrá lugar el 15 de octubre.
Entre las propuestas de Luisa González durante la campaña electoral se encuentra la de rescatar a Ecuador de las manos del crimen y la delincuencia que, según dijo, se han tomado las instituciones del Estado debido a lo que considera una desacertada conducción del actual mandatario, el conservador Guillermo Lasso. «Estamos viviendo algo que jamás ocurrió en el país», subrayó durante una entrevista con Efe la candidata, que tildó de «narcogobierno» a la Administración de Lasso por una investigación policial llamada ‘León de Troya’, que reveló presuntos nexos de personajes cercanos al Ejecutivo con una presunta red de narcotráfico que llamaron «mafia albanesa».
Ella, que durante el Gobierno de Correa fue viceministra de Gestión Turística, secretaria general del Despacho Presidencial y secretaria nacional de la Administración Pública, entre otros cargos, explicó así el ambiente de alta inseguridad que se vive en el país.
Tras haber sido también asambleísta, la candidata correísta consideró que, además, el Gobierno de Lasso ha creado otras condiciones, como pobreza y desempleo, que suelen alimentar las actividades de la delincuencia.
Marcó una diferencia -que dijo es muy grande- de la situación actual con la del Gobierno del expresidente Rafael Correa (2007-2017), el líder de la Revolución Ciudadana, periodo que dijo tener como referencia para orientar su estrategia de Gobierno.
La actual ausencia del Estado también se registra en la crisis carcelaria y la violencia callejera, que ha generado miles de muertos en los dos últimos dos años de la Administración de Lasso, añadió.
Medidas de urgencia
González anticipó que, si llega al sillón presidencial, declarará en emergencia al sector de seguridad, pero también a los de infraestructura y salud, por estar directamente relacionados con la crisis de inseguridad, el desempleo y la condición de vida.
Entre sus planes están invertir 500 millones de dólares para fortalecer la fuerza pública, pero también fortalecer la obra pública, sobre todo en el sector de la construcción y la vialidad, que son grandes generadores de empleo.
Lo primero, dijo, es que el Gobierno de Lasso termine cuanto antes, pero también que el país «escoja bien» a su nuevo Gobierno, ya que se corre el riesgo de permanecer en el escenario de crisis actual.
Por otra parte, González, que era la única mujer entre los ocho candidatos inscritos para los comicios del domingo, ha hecho durante la campaña un llamamiento a la unidad de las fuerzas progresistas en la región y afirmó que apoyará la idea de reforzar a la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), como ha propuesto el presidente brasileño, Luis Inácio Lula Da Silva.
También mencionó el acercamiento a Colombia y recordó que el presidente de ese país, el izquierdista Gustavo Petro, ya se reunió recientemente con Correa en Bélgica.
Rafael Correa, asesor
Justamente, ratificó que Correa será uno de sus principales asesores, aunque remarcó que ella será la que dirija los destinos con una dosis de fuerza y otra de sensibilidad.
«Soy una persona muy fuerte, dura, implacable cuando las cosas no están bien hechas» y «me desquicia» la pérdida de tiempo, remarcó González, tras aceptar que es «perfeccionista» e «hiperactiva».
«No puedo estar quieta», dijo la candidata sobre la que recae la esperanza del correísmo de volver al poder después de seis años, quien se definió como «sumamente sensible ante el dolor de la gente». «Me quiebro tremendamente» al palpar la pobreza, sobre todo de niños y ancianos, añadió.
Recordó que ella viene del campo, de un sector de la provincia costera de Manabí llamado Canuto, donde forjó su carácter, pero también cultivó la solidaridad como principio de vida. Además, se llena de orgullo al asegurar que es «montubia», una denominación étnica para el campesino de la costa ecuatoriana.
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