El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha afirmado este miércoles, tras ser informado sobre el avión caído en Rusia en el que viajaba el líder del grupo Wagner, Evgueni Prigozhin: «No hay mucho de lo que pase en Rusia que no tenga a Putin detrás». Las palabras del presidente de EE.UU. parecen apuntar al Kremlin tras conocerse el suceso, en el que han muerto diez personas.
Antes de que el presidente de EE.UU. se pronunciara, Adrienne Watson, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, ha publicado un mensaje en la misma dirección en la red social X, antes conocida como Twitter: «Hemos visto las informaciones. Si se confirma, nadie debería sorprenderse».
Desde Ucrania, Mijailo Podoliak, asesor de la Presidencia ucraniana, afirmó: «La eliminación de Prigozhin y el comando Wagner dos meses después del intento de golpe es una señal de Putin a las élites rusas de cara a las elecciones de 2024. ‘¡Cuidado! La deslealtad equivale a muerte».
Por su parte, la primera ministra de Estonia, Kaja Kallas, afirmó, declaraciones a la cadena CNN: «Si es cierto, demuestra que Putin eliminará a sus oponentes y eso asusta a cualquiera que esté pensando en expresar una opinión diferente a la suya».
Mientras, la opositora bielorrusa Svetlana Tijanovskaya manifestó que espera que la muerte de Prigozhin, permita «desmantelar la presencia» de su red de mercenarios en Bielorrusa, así como la amenaza que ello supone para los países vecinos«. »No se echará de menos en Bielorrusia al criminal Prigozhin. Fue un asesino y debería ser recordado como tal«, ha declarado en redes sociales.
Para Tijanovskaya, que vive en el exilio tras las cuestionadas elecciones de 2020, la muerte de Prigozhin evidencia también que «nadie debería confiar» en las «garantías» que pueda ofrecer el presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, que medió en junio para frenar la rebelión lanzada por Wagner contra el Kremlin.
Prigozhin, jefe mercenario y uno de los protagonistas de la guerra de Ucrania, ha muerto este miércoles después de que el avión en el que viajaba se estrellara en Rusia. Después de protagonizar numerosos encontronazos con el Ejército ruso y de amenazar a Putin con un golpe de Estado el pasado junio, una intentona que finalmente frenó, su situación era delicada.
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